Destreza en movimiento: más allá del gesto técnico

 

En el entrenamiento deportivo moderno, hablar de “hacer bien un ejercicio” se queda corto. La verdadera pregunta no es si el atleta ejecuta el gesto, sino si es capaz de repetirlo con calidad, adaptarse a contextos cambiantes y hacerlo sin tu supervisión directa. Eso es destreza. Y entrenarla implica mucho más que sumar repeticiones.

 


 

¿Qué es una destreza?

La destreza es la capacidad de lograr un resultado motor con:

  • Alta precisión
  • Bajo gasto energético
  • Repetibilidad en distintos contextos

Un atleta diestro no solo se mueve bien. Decide mejor, se anticipa, y responde con eficiencia a los imprevistos.

 


 

Las 3 fases del movimiento diestro

  1. Percepción del entorno
    • Exteroceptores (vista, oído) y propioceptores (tensión, posición) trabajan juntos para informar al sistema nervioso.
  2. Toma de decisiones
    • El cerebro selecciona la mejor acción posible en función del contexto.
  3. Producción de la acción
    • Ejecutar con calidad no es repetir técnicamente, sino integrar biomecánica y control motor con atención activa.

 


 

Open vs Closed Skills

  • Closed skills: entorno predecible. Ej: nadar en piscina, tiro libre.
  • Open skills: entorno cambiante. Ej: fútbol, trail, balonmano.

Un buen entrenador debe saber transitar entre ambos mundos y preparar al deportista para lo inesperado.

 


 

Clasificación por tipo de acción

  • Discrete skills: inicio y fin claro (rematar, lanzar).
  • Continuous skills: sin principio ni fin (correr, nadar).
  • Serial skills: secuencia de gestos (driblar + saltar + lanzar).

 


 

Transferencia real: el objetivo final

La meta no es que el gesto salga en la sala de entrenamiento. Es que el atleta lo use correctamente sin ti en el campo. Cuando eso ocurre, hablamos de transferencia. Y eso solo se logra si entrenas con intención, contexto y progresión cognitiva.

 


 

Conclusión

Formar atletas no es solo corregir errores técnicos. Es enseñar a pensar en movimiento. Y para eso, debes cambiar el foco: menos repeticiones sin sentido, más entornos que desafíen la percepción, la decisión y la ejecución.

Donde hay destreza, hay rendimiento real.

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